La Colonia de Sant Corneli, junto a las aledañas minas de Sant Josep y
la Consolació, fue el núcleo minero más importante de Catalunya en el siglo XX,
con cerca de 700 km de galerías excavadas. Las minas de carbón fueron
explotadas por “Carbones de Berga, S.A.” durante 140 años, desde 1851 hasta el
año 1991, cuando cerraron.
Las Minas de Cercs están situadas a 960 metros de
altitud, en la pendiente sur de los Pirineos, en la comarca catalana del Berguedà.
El concepto de colonia aseguraba mano de
obra estable en un lugar tan aislado del territorio y con graves problemas
de acceso (el primer ferrocarril llegaría a Cercs en 1904.
¿Cómo era la vida en la mina?
Durante el siglo XX la minería fue uno de los sectores más
importantes de la industria y vital para muchos países, aunque no fuera
valorado según una escala de valores sociales y laborales actuales. Los mineros estaban considerados una pieza
clave de la sociedad, aunque carecían de medidas de seguridad básicas,
beneficios salariales y vida cómoda, el Estado los consideraba tan importantes
como un soldado.
En el siglo XIX los mineros trabajaban 12 horas, en la década
de los años 30 su jornada de trabajo era de 10 horas y no sería hasta los años
70 que su jornada laboral se rebajaría a las 8 horas diarias de trabajo. Las
jornadas no era lo único duro de trabajar en una mina, la falta de higiene,
salubridad y riesgos laborales, hacían que los mineros tuvieran una esperanza de vida de 35 años.
Los mineros estaban exentos de hacer el servicio militar y muchos
hombres jóvenes con la edad de entrar en el ejército solicitaban trabajo en las
minas. Algunos al cabo de unos días dejaban la minería y cogían el fusil, sí,
la vida en la mina no era nada fácil. No fue hasta el año 1965 que se
introducen las primeras mejoras en la minería.
En las Colonias Mineras, así
como en las colonias textiles, los trabajadores disponían de una vivienda para ellos y sus familias, así
como un servicio de ebanistas, electricistas y lampistas que solucionaban las averías
de las casas de la colonia. El dueño de la colonia aseguraba un horno de pan,
una tienda de comestibles, una cantina, una iglesia y una escuela. En las Minas
de Cercs podemos visitar la vivienda de
un encargado del año 1944.
La casa de dos dormitorios disponía además
de un comedor-cocina y un baño. La mujer e hijos del minero podían utilizar la
vivienda, siempre que el minero estuviera en plantilla y debían abandonarla si
el minero moría y ningún hijo trabajaba, por eso las parejas tenían hijos muy
jóvenes. La edad mínima legal para trabajar era 14 años, pero la ausencia de
inspecciones de trabajo y la necesidad de las familias hacían que a menudo,
hubieran niños entre 10 y 12 años trabajando.
En el Centro de Interpretación
de la colonia minera de las Minas de Cercs, se ha conservado el lavadero público, situado junto a la
iglesia, donde las mujeres lavaban la ropa y socializaban con el resto de
mujeres de la colonia. Mientras los hombres lo hacían en el bar o local social donde los mineros
podían jugar a cartas y charlar con sus compañeros.
Panel indicativo para el control de los mineros |
Los mineros disponían de una
ficha de color negro y una de color rojo con un mismo número. La ficha negra estaba colgaba siempre en
un panel, cuando el minero entraba a trabajar en su turno dentro de la mina,
colgaba la ficha roja tapando la
ficha negra. Los mineros estaban obligados a llevarse la ficha roja cuando
acababa su turno y aquel que no lo hiciera, estaba condenado a ir a prisión durante una semana.
El motivo
es bien sencillo, si había un accidente las fichas rojas delataban a los
hombres atrapados o desaparecidos y no se podía permitir que por un olvido del
minero se le diera por muerto y tampoco que se le buscara poniendo en peligro a
otros compañeros mientras él descansaba en su casa. En el panel del Museo de
las Minas de Cercs pueden verse además de las fichas rojas y negras, fichas de color blanco que sirven de
homenaje y recordatorio de los mineros muertos en el interior de la mina.
Durante los 140 años que se explotó la mina de Cercs, murieron un total de 181 mineros.
Museo de las Minas de Cercs
Museo de las Minas de Cercs |
El espacio museístico de las Minas de Cercs se encuentra ubicado en el que fue el primer convento de monjas de la colonia y que acogía también el edificio de la escuela y los comedores escolares. En 1931 se convertiría en el “Hogar del Minero”; un Centro Social con barbería, café, teatro, sala de juegos y biblioteca.
El
Centro de Interpretación está dividido en 2 partes; por un lado, varios paneles
explicativos y objetos relacionados, junto a vagonetas cargadas de carbón,
sirven al visitante para entender con toda clase de detalles, la materia prima:
el carbón y cómo se trabajaba en una mina.
Desde saber cómo se extrae el
carbón o qué tipo de carbón se extrae en la comarca del Berguedà hasta qué
oficios estaban relacionados con la colonia minera y era necesario disponer de talleres mecánicos especializados, para
asegurarse el buen funcionamiento de la mina.
Un audiovisual titulado “Els
Fets de Fígols de 1932” (Los Hechos de Figols de 1932) recupera las imágenes y
los hechos vinculados a la revuelta anarquista y que se iniciaron con las reivindicaciones
de las mujeres de los mineros que trabajaban en la Colonia Textil Carme. La
Huelga del 26 de enero de 1932 acabaría con 118 hombres deportados a Guinea.
Reconstrucción del "Hospitalillo" |
En la otra parte del Museo de
las Minas de Cercs se encuentra una reproducción de varios elementos de la
colonia minera, como la escuela
donde asistían los hijos de los mineros, la enfermería o “hospitalillo” que contaba con un médico para atender
a 3.000 personas, el despacho del
dueño de la mina y una sala donde se explica la Revolución de la Minería que desencadenó una guerra entre mineros y
la Guardia Civil.
Entrada a la Mina
Vagonetas en el interior de la mina |
En el Museo de las Minas de Cercs disponen de un tren con vagonetas para entrar en la vieja mina de carbón, de la que se visita la Galería Sant Romà de 7 km de longitud. El recorrido en el interior de la vagoneta es de apenas 450 metros y se recorre rápidamente, ataviados con casco de seguridad. Después del recorrido en tren, descenderemos de la vagoneta para hacer el último tramo y el regreso a pie, vigilando de no tocar con la cabeza en las vigas de madera de las zonas más bajas.
Escenografía en el interior de la Galería Sant Romà |
El recorrido a pie permite
acceder a varios puntos donde, gracias a escenografías
bien representadas, se explica la evolución de la mina y de las condiciones de
trabajo de los mineros. También se puede descubrir una veta de carbón o escuchar cómo suena una explosión de dinamita dentro de la mina y la sirena del cambio de
turno.
- El carbón empezó a formarse hace 250 millones de años.
- La variedad de carbón que se encuentra en El Berguedà es el lignito, un tipo de carbón con 65 millones de años, apto para la industria textil, locomotoras, alumbrado público y consumo doméstico (aunque no es el que tiene mayor poder calorífico).
- La expresión “Ves a cagar a la vía” tiene su razón de ser en las condiciones en las que trabajaban los mineros. En el interior de la mina trabajaban, comían, descansaban y hacían de vientre al lado de las vías, para no molestar al resto de los mineros.
Interior de una mina real de carbón
Dentro de las minas, dos animales servían para alertar a los mineros del peligro de derrumbe y el de falta de oxígeno: las ratas notaban hasta el más mínimo temblor y el más pequeño de los ruidos de madera quebrándose, así que cuando las ratas corrían hacía la boca del túnel, los mineros también salían corriendo.
Los pájaros debido a sus pequeños pulmones eran los primeros en detectar la falta de oxígeno o la presencia de una bolsa de gas, así que en las minas siempre había un pájaro enjaulado que alertaba con su muerte de que los mineros debían abandonar rápidamente las galerías si no querían acabar como el pobre animal.
Cuando se producía una explosión en la mina, era muy difícil averiguar si la bolsa de gas que la había producido, se había disipado. Para saber si los mineros podían volver a entrar en la mina, se utilizaba la figura del “Penitente”; un preso condenado a muerte que se le ofrecía la posibilidad de ser exculpado si entraba en la mina a comprobar si se podía respirar con normalidad. Si el preso salía con vida se le perdonaba la condena y si no salía, pues digamos que se ejecutaba la sentencia.
Al “Penitente” se le ponía una bola de hierro con un grillete en el pie para que no pudiera escapar, se le daba una vela para provocar la deflagración de la bolsa de gas y se le “protegía” del fuego con una sábana blanca mojada en agua, a la que se le realizaban dos agujeros a la altura de los ojos para poder ver. La imagen del “Penitente” es la imagen que todos relacionamos con los fantasmas: muertos con vida.
Más información: Museo
de las Minas de Cercs. Dirección: Plaça
Sant Romà s/n. 08698 Sant Corneli de Cercs (Berguedà). Teléfono: 93 824 81
87. Horario: Del 8 de enero a julio y de septiembre al 21 de diciembre, de
martes a viernes de 10 a 14 h. Fines de semana y festivos de 10 a 15 h. Agosto,
de lunes a viernes de 10 a 14 h. y de 16 a 19 h. Fines de semana y festivos de
10 a 19 h. Entrada: 15 €. Web: Museu de les Mines de Cercs.
El Berguedà tiene más rincones de Turismo Industrial para visitar e incluso ¡dinosaurios! descubre 2 lugares próximos que te sorprenderán.
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Toda la información generada en redes
sociales durante mi visita al Museu de les Mines de Cercs puede
consultarse con los hashtags #BusACegues #ViuTurismeIndustrial
#ComEsFanLesCoses
Agradecer a la Xarxa de Turisme Industrial de Catalunya (XATIC)
su invitación durante la II Setmana del Turisme Industrial. Si quieres saber qué pasó durante la I Setmana del Turisme Industrial puedes leer el artículo: Una ruta a ciegas por Catalunya en autobús.
1 comentario:
Me ha encantado tu post: Muy completo e interesante. Gracias
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