En las ventanas puede verse las iniciales de Eusebi Güell
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Recorrer la obra
modernista de Antoni Gaudí viviendo tan cerca de Barcelona es
un lujo y una satisfacción. El Palau Güell es una de esas
obras impactantes que ideó el arquitecto catalán para su amigo y
mecenas Eusebi Güell, y está considerada su primera obra
importante. Nos esperan 500 m2 de genialidad
gaudiniana y de ideas arquitectónicas que el arquitecto
desarrollaría posteriormente en otros de sus edificios.
Gaudí era un
genio y aunque las obras de la Sagrada Familia ya habían empezado,
durante cuatro años, entre 1886 y 1890, también tuvo tiempo para
ocuparse de la casa familiar del señor Güell. La familia
vivirá aquí hasta 1910, cuando se trasladarían al Park Güell.
Entrar en el Palau Güell es adentrarse en una construcción
que parece un castillo medieval, no por la rugosidad de la
piedra, las almenas o torreones de los que carece en el más estricto
sentido arquitectónico, sino por la magnificencia de sus salones, la
sobriedad de sus habitaciones, la ausencia de luz estival que se
torna claridad de candela.
Planta baja del Palau Güell
Fachada y puerta del Palau Güell
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La fachada del
Palau Güell es austera, robusta, gris, pétrea, no indica la
magnificencia que acoge el interior de la residencia y que aumenta a
medida que se avanza por sus plantas. La entrada al Palau
Güell se realiza traspasando unos enormes arcos catenarios que
albergan unas puertas de hierro forjado que permiten ver el
exterior, pero que no dejan ver lo que sucede en el interior.
Gaudí
se rodeaba de los mejores artesanos, expertos en cada una de las
materias: ebanistas, vidrieros o forjadores. Así que no es de
extrañar que lo que parece un suelo de piedra, sea en realidad un
suelo de madera de pino, imitando adoquines, y que evitaba el
ruido del paso de los caballos y los carruajes.
Las puertas del Palau Güell son de gran tamaño |
Tras la escalera
principal y dos grandes puertas de roble americano se
encuentran las antiguas cocheras. La decoración de la
estancia te traslada de inmediato a esa atmósfera medieval-mudéjar
Oriental que nos acompañará durante toda nuestra visita al Palau
Güell, salpicando de detalles cada una de las plantas del palacio.
Hay que mirar hacia arriba y contemplar el techo decorado con
piezas cerámicas y formas vegetales.
Sótano del Palau Güell
Sótano del Palau Güell
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Una rampa da acceso a las
caballerizas y al sótano donde se guardaba la leña,
el carbón y la paja para los caballos. Aquí se encontraba la
habitación del cochero y el pozo y la cisterna de
agua. Lo que más impresiona son las columnas
de ladrillo de 1'4 metros de diámetro, los arcos catenarios y
los arcos parabólicos
que introdujo Gaudí como una novedad constructiva en varios
de sus edificios.
En el sótano del Palau Güell, los arcos adquieren la
relevancia de un frondoso palmeral. En el centro de este bosque
de columnas, hay una rampa helicoidal que permitía mover a los
caballos desde la cochera a las cuadras.
El primer piso del Palau Güell; la Planta Noble
Escalera principal del Palau Güell
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Si el momento lo permite,
puedes detenerte al pie de la escalera principal e imaginarte
que eres una de las invitadas elegantemente vestida que el Conde
Güell va a recibir en su fiesta. Una plataforma a modo de
escalera situada en el borde de la escala te ayudará a bajar del
carruaje con comodidad, ante ti una alfombra recubre los
peldaños de la escalera de mármol gris que asciende al primer piso
y al fondo, una vidriera de franjas rojas y doradas encierra
el fascinante mundo de detalles que Gaudí ideó para el Palau
Güell.
Vestíbulo
Vestíbulo del Palau Güell
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En el entresuelo de la
primera planta se encuentra el suntuoso vestíbulo de mármol
que da acceso a la Planta Noble del Palacio señorial. A
través de una magnífica escalera se accede a las distintas
estancias de la planta noble, donde se encuentran varios salones, el
comedor y las habitaciones donde se recibían las visitas. No hay que
perder de vista la lámpara que cuelga sobre el hueco de la
escalera y tampoco el techo de madera.
Estamos en la planta
dedicada a “hacer vida social”,
quizás por ello es tan espectacular. El Palau Güell se convirtió
en un gran centro cultural para la alta sociedad catalana de la época
y dicen que durante la celebración de la Exposición Internacional
de 1888 se recibió a la reina María Cristina de Austria, al
presidente de Estados Unidos Stephen Grover Cleveland y al rey
Humberto I de Saboya en sus estancias.
Sala de Passos Perduts
Techo y galería de la Sala de Passos
Perduts
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Si giramos a la izquierda
por donde discurre un banco de nogal que hace la función de
barandilla, se llega a la Sala de Confianza, al salón de fumadores,
al comedor y a la Sala de billar. Al otro lado se extiende la
maravillosa Sala de Passos Perduts (sala de pasos perdidos)
con un ventanal con columnas de mármol a modo de galería,
con arcos parabólicos que te recordarán a las columnas de la Casa
Batlló que dan al patio.
A continuación, la Sala de las Visitas
con un espléndido techo de madera que recuerda a los de
estilo mudéjar, celosías, un precioso zócalo de madera,
vidrieras con flores de loto y personajes de William
Shakespeare, como el retrato del rey Lear.
Salón Central
Cúpula del Salón Central del Palau
Güell
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La Sala de Passos Perduts
da acceso al espectacular Salón Central de 80 m2
donde se encuentra una impresionante cúpula parabólica
construida con piezas hexagonales de piedra calcárea y cristalina. A
través de varios óculos se tamiza la luz natural como si
fuera un firmamento plagado de estrellas. Dicen que Gaudí se
inspiró en la cúpula de Santa Sofía de Estambul, ya que la consideraba la mejor obra del reinado de
Justiniano.
La acústica de la sala es excelente, así
que fue utilizada para conciertos privados de música, tertulias
literarias y artísticas. Tras unas puertas de palisandro con
incrustaciones de carey se encuentra la capilla-armario que se
cerraba o abría según las ocasiones. En uno de los laterales de la
capilla pueden verse dos reservados para escuchar la misa de
forma privada; el superior para el personal de servicio y el inferior
para la familia Güell López.
Todo el palacio gira alrededor
de este salón que con sus 17.5 metros de altura hizo funciones de
gran hall y también de patio interior, otorgando claridad a las
habitaciones de las plantas superiores.
La Planta Privada del Palau Güell
Tribuna de los músicos en el Salón Central
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La escalera de mármol
gris situada en el Salón Central da acceso a una entreplanta, a modo
de Tribuna, donde se instalaban los músicos para tocar. La
altura permite contemplar los detalles del Salón Central y acercar
nuestra vista a la cúpula.
La barandilla de ébano con
incrustaciones de marfil y el enrejado del mismo material a
modo de celosía, son magníficos, ¡no te los pierdas! Una pequeña
escalera sirve para alcanzar la planta más privada del Palau Güell, donde se ubicaban los dormitorios y la residencia familiar.
Estancias privadas del Palau Güell
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La primera estancia que
encontramos presenta una chimenea de alabastro de mármol rojo
que hacía las funciones de sala de estar y vestíbulo. Si puedes
saca la cabeza por las ventanas que dan al Salón Central.
Gaudí preservó la intimidad de las habitaciones que dan al
salón con bonitas celosías para mirar sin ser visto.
A
continuación, encontramos el primer dormitorio que pertenecía a Isabel López del Piélago y Brú, esposa de Eusebi Güell
e hija del primer marqués de Comillas. Es el dormitorio más bonito
del Palau Güell con unas hermosas columnas decoradas con
arabescos y una chaise longue original diseñada por Gaudí.
Si quieres leer más
sobre otra de las obras que realizó Antoni Gaudí para la
familia de Isabel López, no te pierdas Villa Quijano; El Capricho de Gaudí en Comillas, Cantabria.
Muebles diseñados por Gaudí en los dormitorios del Palau Güell |
En aquella época los
matrimonios dormían en estancias separadas, así que junto al
dormitorio de Isabel López se encuentra el dormitorio de
su marido Eusebi Güell, el baño y los dormitorios de
los hijos del matrimonio Güell López.
Buhardilla y Terraza
Ventanales de la buhardilla
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Unas escaleras llevan
hasta la siguiente planta del Palau Güell, donde se encuentra la
buhardilla destinada a albergar los once dormitorios del
personal de servicio, el lavadero y la cocina. Gaudí
ideó especialmente un aislante acústico para que la vida
diaria del desván no perturbara el descanso de la familia Güell.
Es curioso como la luz entra aquí a raudales y lucen de manera
especial los ventanales gaudinianos.
Chimeneas en la azotea del Palau Güell
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La guinda de cualquier
pastel debe guardarse para el final y la Azotea del Palau Güell
espera pacientemente a que los visitantes se sorprendan ante la
veintena de remates o sombreros que decoran este espacio. Multitud de
variantes, formas, colores y texturas lucen recubrimientos de
vidrio, loza, ladrillo, mármol, piedra vitrificada o revestimiento
de trencadís (fragmentos
irregulares de azulejo tan característicos de Gaudí),
como velas de cumpleaños en una fiesta de creatividad.
Quince remates
corresponden a la salida de humos de las chimeneas que hay
distribuidas en las habitaciones del Palau Güell y las cinco restantes
corresponden a la salida de humos de las cocinas. La linterna
central, de quince metros de altura, está rematada por una veleta
solar y es la responsable de otorgar luz natural, a la cúpula de
Salón Central, a través de las lucernas
y cuatro tragaluces
que la rodean.
Es como si Gaudí, privado de su pasión
por el color en el resto del edificio, hubiera explotado de
alegría al diseñar este espacio. Las sombras contenidas desde la
planta baja suben con fuerza desatada a respirar el azul mediterráneo
del cielo y el aire libre.
El Palau Güell
fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en el
año 1984 junto a seis edificios más de Antoni Gaudí: el
Park Güell, la Casa Milà-La Pedrera, la Casa Vicens, la Cripta de
la Sagrada Familia, la Casa Batlló y la Cripta de la Colonia Güell.
Más información: Palau Güell. Dirección: Carrer Nou de la Rambla 3-5, 08001 Barcelona.
Teléfono: 934 725 775. Horario: de martes a domingo, del 1 de abril
al 31 de octubre: de 10 a 20 h. Del 1 de noviembre al 31 de marzo: de
10 a 17:30 h. Lunes no festivos cerrados. Entrada: 12 €. Primer
domingo de cada mes entrada gratuita. Transporte: Metro línea 3
paradas Drassanes o Liceu. Web: Palau Güell.
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